Pagar con el dispositivo móvil será una tarea cotidiana a partir de 2015, porque cada vez aparecen más aplicaciones para realizar pagos. Algunos teléfonos con el sistema operativo Android cuentan con la tecnología de corta comunicación NFC, que permite el intercambio de información entre dos aparatos a corta distancia. A ello le sumamos el impulso que ha dado este sector a la apuesta de Apple por utilizar la tecnología NFC como medio de pago de su nueva plataforma Apple Pay.

La tecnología NFC cuenta con múltiples usos, como la comunicación con otros dispositivos cercanos e intercambiar archivos de información. Sin embargo, uno de sus usos potenciales es ser el puerto de diferentes sistemas de pago desde móvil. De esta manera, el usuario puede pagar en tiendas y locales sin necesidad de utilizar sus tarjetas de crédito físicas o dinero en efectivo.

Este tipo de propuestas son similares a los medios de pago con tarjeta sin contacto, que algunos de los principales actores del mercado, como Visa o Mastercard, han introducido en los últimos años. Es decir, con solo acercar la tarjeta al terminal se produce la transacción, lo que simplifica la operación y ahorra tiempo y molestias al efectuar el abono. De todos modos, la seguridad de los pagos móviles a través de NFC es esencial. Para ello, cada una de las empresas de pagos cuenta con una opción parecida. Básicamente, el usuario tiene que ingresar los datos de la tarjeta de crédito para digitalizarla, una información que se almacena en un chip de seguridad destinado para este fin. Además, a la hora de realizar la confirmación del pago, es necesaria la huella del dedo de usuario (sistema biométrico) o introducir un pin o código.

A pesar de las ventajas que presenta en cuanto a comodidad y seguridad, hasta el momento el abono desde el smartphone no está muy implementado por falta de acuerdos entre los distintos actores que conformarían el sistema bancario.