Comencemos con la siguiente pregunta: ¿Cuando fue la última vez que usted le pidió el número celular a una persona, con el fin de contactarlo en el futuro, y su respuesta haya sido: “Yo no tengo celular”?. Es bastante probable, y normal, que usted no recuerde la fecha. Igualmente, es muy común escuchar la expresión “Todo el mundo tiene un celular”, y aunque dicha expresión no es del todo cierta, ya que hoy en día las redes celulares cubren el 80% de la población del planeta, es muy probable que cualquier persona económicamente activa (formal e informalmente, dentro de cualquier rol en el ecosistema) en efecto tenga un celular. Sin embargo cuando comparamos el celular con otras tecnologías, las cuales también fueron precursoras en su momento nos encontramos con su impacto ha sido inobjetable en nuestra sociedad.
En sus inicios el celular fue visto como un lujo que sólo podía ser disfrutado por personas con abundantes recursos económicos, y hasta cierto punto eso fue así, ya que en sus inicios el celular era un implemento casi exclusivo para altos ejecutivos o corredor de bolsa. Sin embargo, con el desarrollo de los dispositivos y las redes, y la introducción del sistema de Prepago, esta realidad cambió en la medida en que el acceso a los servicio se hizo más sencillo. Actualmente, por cada cliente postpago que tiene una operadora móvil en América Latina, hay alrededor de 10 clientes prepago. El celular también ha venido a ocupar un lugar preponderante a nivel de comunicación para eventos de desastre o emergencias que han ocurrido a lo largo y ancho del planeta. Un ejemplo local, fue el deslave ocurrido en año 1999 en el estado Vargas, durante el cual el único mecanismo de comunicación que tenían las personas que se encontraban en las zonas afectadas era el teléfono celular, ya que los demás sistemas de comunicación fueron afectados de manera irremediable. Caso similar ocurrió en Haití y Chile con los terremotos y más recientemente en Japón con el reciente terremoto y tsunami. Por lo tanto, el canal móvil permite, de manera inmediata, llegar a la casi totalidad de la población en situaciones de emergencia. Mejor aun, el celular resulta una excelente herramienta de educación para la saber que acciones tomar ante desastres naturales, disminuyendo considerablemente la cantidad de personas afectadas o víctimas. En el caso de poblaciones de escasos recursos, este factor es mucho más relevante, pues generalmente la infraestructura en la cual se encuentras puede ser más vulnerable, y una mejor preparación puede ser la diferencia entre la vida y la muerte. De igual manera existe una tendencia muy importante y la cual cada vez adquiere mayor fuerza, en el uso de teléfonos celulares para suministrar servicios de salud a personas en zonas que anteriormente no lo recibían, permitiendo reducir sustancialmente los tiempos de respuesta así como los costos del servicio.
También la tecnología celular y su respectiva penetración en la población han venido avanzando de manera impresionante y es cada vez más común que los teléfonos celulares tengan mayores y mejores capacidades, como navegación por internet y mas recientemente todo lo relacionado con el fenómeno de las redes sociales. De hecho, un buen porcentaje (cifras van desde 20 hasta 70% en algunos países) de la interacción en redes sociales es manejado principalmente a través de dispositivos móviles. El celular se ha convertido en el principal medio de interacción humana, desde el uso de redes sociales, hasta el simple envío de SMS. Por ejemplo, el primer SMS comercial fue enviado en 1.992. Hoy, y en menos de 20 años, el numero de SMS enviados y recibidos cada día excede a la población total del planeta.
El teléfono esta ya disponible para la gran mayoría de la población, y debido a su efectividad y alcance, se están realizando grandes esfuerzos en el área de salud, seguridad, educación. Hace unos meses, durante un brote de cólera en Brasil, el Ministerio de Salud realizo envíos vía SMS a un importante porcentaje de la población dando consejos de cómo prevenir dicha enfermedad. Asi como este ejemplo, existen esfuerzos importantes para llevar la mayoría de los servicios posibles a las manos de las mayorías a través del uso de dispositivos móviles.
En cuanto al uso del celular como instrumento de inclusión financiera, un ejemplo interesante y modelo a seguir es lo que esta pasando en Kenya con el servicio de M-Pesa, un servicio lanzado por el primer operador de telefonía móvil de Kenya junto con una institución financiera y que ha permitido ofrecer servicios financieros como remesas y micropagos a la población que anteriormente no los recibía, permitiendo de esta manera Bancarizar al No Bancarizado y trayendo bienestar y crecimiento a las personas que en la actualidad gozan de este tipo de servicios. Este servicio de banca móvil ya ha sido replicado en algunos países africanos, y estamos viendo como grandes instituciones financieras como Visa, Master Card y American Express, operadoras como Telefónica, AT&T y Vodafone, y empresas de remesas como MoneyGram y WesterUnion, están haciendo esfuerzos importantes para llevar sus servicios al canal móvil.
Todos estos esfuerzos de llevar servicios al móvil para alcanzar a la mayoría de la población, redundan en beneficios para todos los integrantes del ecosistema pero principalmente permiten que todas las personas puedan tener acceso a ciertos servicios incluso de manera interactiva, es decir, el canal móvil permite expresar de manera directa la opinión de la población, haciendo que cada vez las empresas se esfuercen en prestar un mejor servicio a menores costos, e incluso convirtiéndose en una importante herramienta de mercadeo político.
Cada vez más serán los productos y servicios que la totalidad de la población, especialmente de bajos recursos o residentes de zonas rurales, podrán obtener a través de tu celular, y lo más importante, es que las instituciones y organizaciones lo saben, y están llevando a cabo esfuerzos importantes para capitalizar dicha penetración.
Autores:
Roberto Angulo
Nidal Barake
Directores Tedexis
